Para llegar al dominio del rāja yoga es imprescindible seguir y dominar los yoga Sutra de Patañjali, ya que son en sí mismos, el rāja yoga, pues no se puede conseguir el control de uno mismo buscando atajos y saltándose las bases o los cimientos.
En los Yoga sūtras, cuya antigüedad todavía es discutida, están plasmados los mecanismos de la psicología. Actualmente hay investigaciones tanto de medicina como de psicología que explican desde nuestra cultura y perspectiva, lo que el yoga enseña desde hace siglos. Ósea, la ciencia puede explicar, el cómo y porqué de muchos de los efectos tan positivos del yoga. A pesar del avance científico, en el conocimiento del funcionamiento del cerebro y del sistema nervioso, todavía está lejos de poder explicar satisfactoriamente los estados de conciencia alterados, que se experimentan en la práctica avanzada del yoga.
Los Yoga sūtras son la teoría del rāja yoga, pero adquirir un conocimiento teórico y racional, no servirá de nada, salvo para comprender las experiencias personales vividas en la práctica del yoga, lo que permite afirmar que el conocimiento del rāja yoga, es la experiencia vivida de los Yoga sūtras de Patañjali. Sin la práctica, la sabiduría de estos textos no será nunca comprendida, solo conocida.
Como decíamos la técnica del Rāja yoga está encaminada al control de la propia mente: manejar la mente como una herramienta al servicio de nuestro propio conocimiento, dominar la mente que no se descontrole con las situaciones vividas, silenciar la mente, etc… sin lograr este objetivo del control sobre la mente, no se puede descubrir que hay más allá de la mente, pues las palabras solo sirven al raciocino. Solo la experiencia vivida servirá para comprender, pero no se podrá explicar con palabras ya que son instrumentos de la mente.
El yoga es un entrenamiento sistemático que pretende conseguir control y dominio sin rigidez. En el caso del Hatha Yoga, del cuerpo, y en el caso del rāja yoga, este entrenamiento sistemático, se centra en dominar la mente. Para llegar a conseguir que cese la actividad mental, sin perder la actitud consciente, hay que mantener simultáneamente la lucidez y atención permanente, perfecta. Esto requiere de la aplicación de varias capacidades del practicante como la voluntad, la constancia, la dedicación, disciplinada y todo ello supervisado por un buen discernimiento, aplicando estas capacidades al cien por cien. De lo contrario, nunca se lograra superar la mente y trascenderla.
Y todo esto no se limita a la mente o a las técnicas mentales de concentración, ni a las horas de práctica diaria (Sādhanā), sino que se aplica al día a día, a cada momento, con actitudes a desarrollar y limitaciones a superar. Esto en los Yoga sūtras empieza a aplicarse en los Yámas (abstinencias basadas en un código social) y Niyamas (observaciones, basadas en un código personal) que se consideran imprescindibles y es una disciplina de actitudes a desarrollar en la vida diaria.
La aplicación de yámas y niyamas es más compleja de lo que podría parecer, ya que implica cambios de hábitos y aptitudes en la vida diaria de la persona. Cierto es, que no se deben producir de forma brusca, sino que se van trabajando progresiva y paulatinamente. La dificultad de estos cambios radica, además de en la resistencia del propio ego (que se vencerá poco a poco), en la sociedad en la que vivimos, pues nos mueve en una dirección, con unas costumbres y formas de vida culturales que chocan con estos cambios dificultando su puesta en práctica, su realización.
Lo principal que hay que entender para practicar yoga (cualquier yoga) y por tanto iniciar un camino de crecimiento personal es que no hay que conseguir nada, que no esté ya, en uno mismo. Tenemos todo lo necesario, todas las capacidades… “todo está en tu interior”, otra frase mítica, pero cierta. Esas capacidades, sabiduría, fuerza, valor, disciplina, paciencia, etc…solo hay que encontrarlo en el interior, sacarlo a la superficie y ponerlo en práctica (acción).
Aunque pueda parecer una contradicción, ya que el yoga se asocia a la quietud. La acción es una práctica constante en el yoga, la no acción de algo, implica la acción de su opuesto. La quietud de la mente permitirá dislumbrar al SER o Ātmán.
La mente es un instrumento de acción y conocimiento, de la expresión de la realidad fenoménica, que se debe traspasar, dejando atrás a la mente, ya que como instrumento del mundo físico, no traspasa el mundo fenoménico. Solo así, dejando atrás a la mente, se puede llegar al ser, a la esencia pura, al ātmán o purusa. Y con las técnicas de samyama, que unifican Dhāranā, Dhyāna y Samādhi, que como ya sabemos son las que el Rāja yogautiliza.
Pero, la visión del Rāja yoga puede ser más amplia ya que existen otras vertientes que introducen los sistemas como el kundalinī yoga (tradicional), el kriyā yoga, mantra yoga, o Dhyāna yoga (Bhagavad-gītā). Todos considerados por los expertos como yogas superiores, para practicantes avanzados.
Como decíamos no hay un solo yoga, mejor o superior a los otros, sino que todos tienen el mismo objetivo y comparten sus técnicas. Esto permite a cada persona según su naturaleza y motivaciones elegir libremente la práctica que mejor se ajuste a sus necesidades.