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Sūtra XXXIII. Cuando perturban los pensamientos o emociones negativas o discursivas, meditar en sus opuestos.
Pāda II. Sūtra XXXIII. vitarkabādhane pratipaksa bhāvanam
Vitarka: suposición, conjetura, opinión, reflexión, razonamiento, duda, sospecha, incierto, cuestionable, discriminación (falta de discriminación), contemplación tosca, intención o deliberación inmoral, conocimiento dudoso.
Bādhane, Bādha-na: molestia, dolor, sufrimiento, pesar, perturbación, tormento, opresión, obstrucción, obstáculos, atadura, oposición, resistencia, inhibiendo, anulación, invalidación, refutar, peligro.
Pratipaksa: opuesto, contrario, el lado opuesto, bando contrario, enemigo, oposición, conclusión contraria, pensamientos opuestos.
Bhāvanām: imaginación, concepto, pensamiento, fijar la mente en un objeto, crear, ascender, manifestar, sentir, cultivo, producir, meditación, contemplación, concentración, (lugar de reposo interno).
«Cuando perturban los pensamientos o emociones negativas o discursivas, meditar en sus opuesto»
Cuando los pensamientos o emociones son perturbadores, la mente utiliza el razonamiento o reflexiones buscando explicaciones y porqués. Y además, si nos crean o nos han creado algún tipo de sufrimiento, las emociones como la rabia dificultan la reflexión. Los yoga sūtras de patañjali, proponen la práctica de Pratipaksa Bhāvanām, el pensamiento o concepto puesto. La observación y análisis de pensamientos y emociones, nos permite tomar conciencia para meditar en sus opuestos.
Este proceso requiere mucha atención a nuestro propio autoengaño, pues no somos objetivos y justificamos nuestras acciones y pensamientos, (es lo que se llama disonancia cognitiva). Si nos sentimos agraviados, reaccionamos y no damos tiempo a que la atención nos permita descubrir la relación causa – efecto de aquello que tanto nos ha molestado. Tal vez alguna acción previa por nuestra parte sea la causa directa o indirecta de aquello que tanto nos molesta. No es fácil desarrollar la capacidad para adoptar otro punto de vista cuando nos justificamos o actuamos como victimas enfadadas. Eso es lo que el ego hace a través de la mente y las emociones. Juzga desde el yo, y las apariencias de lo que es y lo que en realidad es, no siempre coincide. Y tal vez, aunque quizás no siempre, tengamos alguna responsabilidad, que nuestra mente intenta ignorar. Aceptar las consecuencias de nuestras acciones es nuestra responsabilidad, pero esas consecuencias no siempre son inmediatas. Y es entonces cuando la mente (ego) quiere escaquearse de aceptar esa responsabilidad.
La propuesta de los opuestos requiere además de una observación y atención constante, que comprendamos, que nos hace sentir y pensar así, para poder aplicar el opuesto. Por ejemplo, si algo que te han hecho te genera rabia, resentimiento y rencor, ¿puedes sin más pensar en el perdón?, seguramente no. Por mucho que te digan o te digas que tienes que perdonar, la emoción es mucho más fuerte, y puede que insistir en el perdón aumente el rencor. ¿Qué hacer, entonces? Analizar la situación desde otros puntos de vista. Ponerte en los zapatos del otro. Intentar descubrir la causa desencadenante de esa situación, distanciándote de ella, intentar ver el cuadro desde más lejos en lugar de a unos centímetros. Pero sobretodo, averiguar que desencadena en tu interior la reacción. ¿Cuál es el interruptor interno? no el externo ¿Por qué esa situación causa esa reacción en ti? Esta práctica es Paksa bhāvana. Y debe combinarse con Pratipaksa Bhāvanām.
No son suficientes las afirmaciones positivas y la autosugestión, aunque ayudan. Si te repites lo suficiente una afirmación como para que el cerebro se la crea, cambiara el mapa mental (plasticidad neuronal). El truco está en creerse la afirmación de verdad, ya que las creencias tienen mucho poder. Pero ¿cómo creer algo cuando tus emociones te llevan en otra dirección? Primero hay que comprenderse a sí mismo/a, entender porque somos como somos. Las conexiones neuronales de la personalidad empiezan a conectarse desde nuestra infancia, y lo hacen en base a nuestras experiencias, creencias y aprendizajes. Están relacionados todos con familia, cultura, creencias, símbolos… así se forma el mapa mental desde el cual el ego, vive la vida. Y esa es su absoluta verdad, el ego no cree en nada más. Cuando algo no encaja, reacciona.
La meditación en los valores positivos es una herramienta, hay que utilizarla. No es una solución rápida, hay que hacer todo un proceso interno de transformación, desde la comprensión. Comprender tanto lo negativo como lo positivo que hay en nuestro interior, empieza en el tomar conciencia, en el reconocer, en el admitir y aceptar. Todos queremos ser buenos, y no aceptamos fácilmente nuestras partes más oscuras, nuestras sombras. Pero cuando somos capaces de comprender, es más fácil sustituir una emoción o pensamiento por otro más positivo. Si sustituyes el odio y pones amor en su lugar, será más fácil conservar la calma y no caer en la violencia en alguna de sus formas.
Lo que se llama discernimiento es el conocimiento discriminado, valorando, admitiendo o descartando. Al estudiar los conceptos de yáma y niyama, y ponerlos en practica desde la propia experiencia es todo un reto.
Paksa bhāvana y Pratipaksa Bhāvanām, son las dos técnica de meditación que hay que aplicar para tener éxito en este empeño. Paksa bhāvana, entender porque eres como eres y Pratipaksa Bhāvanām, transformar en su opuesto todo aquello que descubras negativo. Aprendiendo a equilibrarte interna y externamente. Examinando y reexaminando nuestras actitudes ante todo y sus posibles consecuencias. Y sobre todo haciéndonos responsables de nuestra vida. ¿Aceptas el reto que el yoga propone?
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